POLÍTICA
La norma busca ordenar el pase de información, equipos y hasta contraseñas entre los funcionarios de Alberto Fernández y Mauricio Macri.
Publicada el Martes 5 de Noviembre de 2019
El traspaso de mando que Mauricio Macri hará con Alberto Fernández el martes 10 de diciembre implicará mucho más que un pasamanos con la banda y el bastón presidencial. Más allá de la discusión de fondo por el estado de la macroeconomía, la gestión actual deberá entregar información, equipos, documentos sensibles y hasta contraseñas para que el gobierno entrante ponga en marcha a los despachos oficiales.
En la Casa Rosada no descartan la posibilidad de estipular los "términos y condiciones" del traspaso a través de un decreto. "Hoy no hay una norma que regule el traspaso presidencial en la Argentina. Tenemos la decisión política de hacer una transición ordenada que le facilite la gestión al administrador que sigue", comentaron este martes en la Casa Rosada.
A Macri lo obsesionan las formalidades del traspaso. Luego de su propia experiencia con Cristina Kirchner -que se fue de la Casa Rosada el 9 de diciembre de 2015 sin asistir al acto de asunción de su sucesor- el Presidente envió al Congreso en agosto de 2016 un proyecto de ley que proponía "establecer las bases para que el traspaso de mando entre las autoridades del Poder Ejecutivo en funciones y las de un gobierno electo se concrete de un modo eficiente, transparente y ordenado". La cuestión nunca se reguló y ahora le toca al propio Macri dejarle las llaves del gobierno a Fernández.
El Gobierno tiene en carpeta la confección de una normativa que siga el espíritu que fijaba aquel proyecto de ley de 2016. En la Casa Rosada aún deben definir como lo llevarán a la práctica, en un contexto de diálogo muy sensible con Fernández.
La gestión de Macri analiza enviar proyectos al Congreso para que las formalidades del traspaso queden fijadas por ley, pero también evalúa redactar un decreto para resolver en lo inmediato la transición que tendrá lugar en 35 días.
Se espera que la nueva normativa fije la transferencia, ministerio por ministerio, de las bases de datos del Estado, los informes de ejecución presupuestaria, los registros del personal de todas las áreas de Gobierno y un relevamiento patrimonial (con un inventario de automóviles, mobiliario y computadoras).
Uno de los puntos más sensibles es el de la transferencia. El Gobierno implementó la Gestión Documental Electrónica, donde cada funcionario tiene un usuario y una contraseña para resolver y firmar de forma digital. Con el traspaso, los nuevos funcionarios deberán tener rápido acceso a toda la documentación digital, pero a su vez deberán bloquear los accesos de los funcionarios salientes.
Por otro lado, a la jefatura de Gabinete le preocupa la supervivencia de las publicaciones que hizo el Gobierno en las redes sociales oficiales y los dominios del Estado en Internet. Por eso, en la Casa Rosada también evalúan fijar por escrito que los contenidos que emitió el gobierno saliente queden archivados, a modo de memoria, cuando asuma el nuevo gobierno.
En Balcarce 50 toman como modelo el caso de los Estados Unidos, donde las publicaciones del presidente saliente pasan a ser custodiadas por la Biblioteca Nacional. En el caso local, pensaron en el Archivo General de la Nación como la "caja fuerte" para atesorar las publicaciones del gobierno saliente.
En el Gobierno advierten que el traspaso de mando es un "acto complejo". Y prometen: "No vamos a hacer grandes licitaciones ni vamos a tomar decisiones en los últimos minutos que le caigan como un peso al que venga". En el campamento del Frente de Todos miran cada movimiento con atención.
La Nación.