POLÍTICA
Es un referente de la gestión del gobernador Alfredo Cornejo y le ofreció el cargo de ministro de la Corte.
Publicada el Miércoles 30 de Mayo de 2018
Dalmiro Garay se convirtió en el ministro de mayor confianza de Alfredo Cornejo luego de llegar con bajo perfil. Pero en realidad comparten mucho más que la gestión actual de gobierno. Su origen político es el mismo, la agrupación radical Franja Morada.
Garay se recibió e hizo toda su carrera en Mendoza. Pero es nacido en San Juan. Mejor dicho: en Jáchal. La aclaración vale porque los habitantes de ese departamento del norte de San Juan se mencionan así, con una idiosincrasia particular. Como abogado siempre estuvo vinculado en la defensa del Estado. Primero en la Dirección General de Escuelas y luego en Asesoría de Gobierno. De hecho, gran parte de su carrera la hizo en esa oficina. Incluso era "número puesto" para reemplazar al actual asesor de Gobierno, Cesar Mosso Giannini.
Cornejo hizo lo mismo que Celso Jaque: nombrar a su ministro político en un cargo de la Suprema Corte. En el caso del peronista fue Mario Adaro, y ahora el candidato es Dalmiro Garay. Aunque los candidatos tengan perfiles distintos, la maniobra política es similar y "el candidato" llega con el mismo estigma del que deberá desprenderse. Se trata de mostrar independencia de quien lo nombra y quien ha sido su jefe.
Ese estigma es más profundo también porque la construcción política en Argentina se gesta más por devoción que por debate; por personalismos antes que por ideas. El kirchnerismo llegó al extremo esa idea de "soldados y generales", pero el modelo se repite, con bemoles, en todos los partidos.
Cuesta pensar en que alguien contradiga a Cornejo en una reunión de gabinete y que quien haya sido parte de esa mesa chica lo haga fuera del poder. En rigor a lo que cuentan los funcionarios del Gobernador, esa imagen que se ha construido del Gobernador no es del todo precisa. "No es real. Cornejo escucha y decide. La diferencia es que no hay que venir con habladurías, sino con argumentos", ejemplifica un colaborador cercano.
Garay es Cornejo en cuanto a la visión que tiene sobre el funcionamiento de la justicia. De hecho, fue quien emprolijó los proyectos de reforma del Poder Judicial que el Gobierno impulsó. Y también tenía uno en carpeta: la reforma de la Constitución de la provincia, un proyecto que Cornejo aún no envía, pero confirmó que tiene. Ahora podrá tener al cerebro de ese intento de reforma dentro de la Suprema Corte.
En lo técnico el cambio de Pérez Hualde por Garay es "par". Ambos son especialistas en Derecho Administrativo. En lo político, en caso de ser ratificado por el Senado, el candidato de Cornejo deberá excusarse de actuar en muchas causas que involucran a la actual gestión de Gobierno. Es que la mayoría de los reclamos administrativos que se hacen contra el Poder Ejecutivo terminan en la Suprema Corte a través de Acciones Procesales Administrativas. Garay tendrá que dejar pasar esos expedientes al menos hasta que cambie el Gobierno.
Cornejo sabe del costo político y mediático que tiene nombrar en otro Poder a un funcionario de su confianza. Y poco le importa, así como poco le importó antes. Cornejo elije aprovechar el poder y sus facultades para avanzar según lo que cree. Por eso no tuvo en cuenta ninguno de los pedidos para proponer a una mujer en el cargo.
Con información de MDZ y Actualidad Jachallera